Cayendo los copos de nieve
alborotados por el
viento
no se están quietos
no paran en las
aceras.
Pretenden anunciar
la primavera
que todavía
no llega…
Bailando sobre la
ciudad
quisieran instalarse
en los tejados
en los árboles
cubrir de blanco
los paraguas
acomodarse
en los cabellos
de las gentes
que van y vienen…
Nieve suave y diminuta
nieve albina
abrazándose
abrazándose
al agua de la lluvia
que la domina.
Me gusta la nieve
copiosa
la que adorna
de alegría
los paisajes
del tiempo.
Pero no quisiera
patinar
sobre la nieve
etérea
cuando se deshiela.
Nieve fría
mojando el rostro
de los caminantes
que no van
a ninguna parte.
Acostumbrados
están los abuelos
a saludarla
con las voces
ya calladas
de su equipaje.
Existen montañas
que siempre
la conservan.
Es la nieve
eterna.
Las largas escaladas
felicitan metas.
Nieve ligera
nieve susurrante
nieve insinuante
acariciando sonidos
en los oídos
de los amantes.
Se contonea la nieve
presumida
con su níveo
traje elegante
para regalarnos
su llegada
mientras los humanos
la miran
a través
de sus ventanas.
© Pilar Lou Martin
© Pilar Lou Martin
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