Callaba
la escuela
en
la tarde queda
y
mis ojos deslizándose
sobre
mi ventana interior.
El
maestro narrando
historias
de reyes y reinas
de
guerras pasadas,
de
luchas altaneras.
Los
juglares mientras tanto
cantándome
canciones
bellas.
Callaba
la escuela
los
niños revoloteando
entre
travesuras
los
pupitres manchados
de
caricaturas.
Y
la lluvia cayendo
despacio
incansable
salpicando
de agua
los
cristales
y
las letras.
Calor
en los hogares
frío
en las calles
aromas
de invierno
inundando
las estancias
de
tibieza.
Callaba
la escuela
en
la tarde queda
y
mis días infantiles
columpiándose
sobre
futuros
inesperados.
No
acusaban las horas
la
rapidez de los hechos
se
encogían los minutos
se
hacían lentos
casi
casi
eternos.
En
la tarde queda
callaba
la escuela
callaba
el tiempo
todavía
no había
escrito
muchos
recuerdos.
© Pilar Lou Martin
© Pilar Lou Martin
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