No volveré a encontrarte.
Sólo me espera el silencio
de tu voz.
El eco de tu mirada
perdida
resuena en mi visión
interior.
No volveré a mecerme
con tu aliento,
ni respiraré el aroma
de tu corazón.
Me supiste a versos,
me llenaste de ilusión.
No volveré a mis días
pasados.
donde teníamos nuestra
habitación.
Se vistió de pena
al quedarse vacía.
y se llenó de dolor.
Me supiste a alegría,
me llenabas de inspiración.
Desde la distancia
quizás mandes tu recuerdo
para conservarlo yo.
La trompeta agitará al viento
para cantarte esta canción,
y como un triste lamento
acogerá tu adiós.
Y yo escucharé tu silencio
con desesperación.
Pilar Lou Martin © Todos los derechos reservados
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ResponderEliminarTriste, pero muy bonito!
Coincido, es triste, pero evoca todo lo mejor del ser humano.
ResponderEliminarGracias por tu visita, tu comentario y por hacerte seguidora.
Muchas gracias a tí, Urko. Tu blog es muy interesante.
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